¿Por qué la ventilación mecánica puede ayudar a reducir el riesgo de contagio por el virus de la Covid-19?

La ventilación mecánica permite una renovación adecuada y constante de los volúmenes de aire en un ambiente cerrado mediante la extracción e introducción de aire renovado. Esto ayuda a reducir la presencia de bioaerosoles virales que, de lo contrario, podrían permanecer suspendidos en el aire y propagarse a través de este.

Los ambientes cerrados, poco o mal ventilados, y muy concurridos son el entorno ideal para la propagación de los denominados virus aerotransportados, es decir, aquellas infecciones virales que se transmiten principalmente por vía aérea como es el caso del Sars CoV-2. El virus del Covid-19 se propaga a través de las partículas emitidas al aire durante la exhalación. Las partículas más pequeñas (núcleos de gotitas nebulizadas, denominadas aerosoles) permanecen suspendidas en el aire durante un largo período de tiempo y pueden infectar incluso a las personas más alejadas. En un ambiente cerrado, mal ventilado y con altos valores de humedad, el virus permanece activo durante más tiempo y el fluido respiratorio infeccioso emitido por el hablante al toser o respirar puede alcanzar una distancia de hasta 10 metros. Según ha confirmado recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ventilación en los lugares cerrados como escuelas, oficinas y espacios de trabajo, es un factor crucial para intercambiar el aire y diluir la presencia de las partículas virales. Aunque abrir las ventanas es la forma más rápida de ventilar, también tiene desventajas. Una ventilación mecánica del tamaño adecuado ayuda a gestionar el intercambio de aire mediante parámetros establecidos según las necesidades del entorno de forma automatizada y sin abrir las ventanas.